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La Mente Superior y la Mente Espiritual

Ofrecemos disculpas de todo corazón al lector, pues reconocemos que varios de los conceptos que expondremos no son fáciles de entender inicialmente, pero con la reflexión sobre lo escrito sumado a la práctica da la meditación se logrará su adecuada comprensión.

Tal como describimos anteriormente la mente está dividida en 2 partes donde los 4 primeros subplanos corresponden a la mente concreta, y los tres subplanos superiores del plano mental conforman la mente superior siendo el tercero y segundo subplanos los que corresponden a la mente abstracta y el primer subplano el que corresponde a la Mente Espiritual. La mente abstracta tal como explicamos definitivamente tiene muy poco desarrollo en la gran mayoría de nosotros pues no la afectan las actividades dirigidas hacia los objetos externos ni el razonamiento lógico, como es el caso de la mente concreta, y solo se logra alcanzar y desarrollar por el pensamiento muy profundo, por la cesación del pensamiento que da paso a la luz de la mente a traves de la observación o de la meditación. Es en esta parte del plano mental el de la mente abstracta donde accedemos al Alma, la cual está situada específicamente en el tercero y segundo subplanos del plano mental.

La Mente Espiritual que corresponde al 1° subplano hace parte de la Tríada Espiritual y se describe mas adelante.

Para efectos prácticos de la meditación, hacemos contacto con la mente abstracta cuando la mente se ilumina durante el proceso de observación, o cuando observamos o  imaginamos la mente como un gran campo o faro de luz.  Y hacemos contacto con el Alma cuando nos consideramos el Alma, visualizándola como una fuente de luz muy blanca y muy pura, brillante y resplandeciente, similar a un sol o una flor de loto de doce pétalos.

Recordemos que las enseñanzas de las diferentes tradiciones a lo largo de la historia de la humanidad siempre se han referido al hecho teórico o comprobado que poseemos una parte espiritual y una parte material. Que somos espíritu y materia, y que ambos son sólo estados de conciencia del ser, donde la materia es espíritu descendido o materializado y el espíritu es materia ascendida o espiritualizada. Por lo tanto, tenemos por un lado cuerpo-emoción-mente, aspectos que forman nuestra parte material a la cual hemos denominado personalidad, y por el otro, tenemos aspectos del ser en los planos superiores a los cuales denominamos como nuestra parte espiritual.

Ahora bien, si somos espíritu y materia, debe necesariamente existir un factor relacional entre estos dos polos del ser que surge de la interacción de los dos. Este factor de relación es el Alma que en la gráfica anterior se denomina cuerpo causal que es otro nombre para describir el Alma, a través de la cual las energías de nuestra parte espiritual se proyectan a nuestra parte material o personalidad y por supuesto, a través de ella tenemos también la posibilidad de ascender desde nuestra personalidad a nuestra esencia espiritual. Dicho de otra manera, el espíritu del hombre actúa siempre a través del Alma para relacionarse con la materia representada por la triplicidad cuerpo (físico y etérico), emoción y mente que componen la personalidad. Por lo tanto, podemos decir que un ser humano está conformado por tres aspectos representando El Alma o cuerpo causal el segundo aspecto, el Espíritu el primer aspecto y la personalidad el tercer aspecto.