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Meditación en la Luz del Alma I

1: Cierre los ojos y tome una posición cómoda. Tranquilice su respiración y prosiga con una respiración abdominal lenta y rítmica inhalando y exhalando por la nariz hasta lograr hacerla sin esfuerzo y sin ruido, notando que al inspirar el abdomen se expande y que al exhalar el abdomen se sume, existiendo una pequeña pausa luego de cada inspiración y luego de cada espiración.

2: Tómese el tiempo que requiera para lograr realizar sin esfuerzo la respiración abdominal y una vez lo logre, observe la respiración que realiza sin analizar o juzgar; y perciba que a medida que observa la respiración se van diluyendo  los pensamientos, imágenes, sentimientos y sensaciones que llegan a la mente, generándose un estado de paz, tranquilidad y serenidad mental.

3: Perciba que a medida que observa la respiración se diluyen los pensamientos, imágenes, sentimientos y sensaciones que llegan a la mente  generándose un estado de paz, tranquilidad y serenidad mental.

4: Siga observando la respiración y note que la dilución de pensamientos, imágenes, sentimientos y sensaciones que llegan a la mente permite que surja luz en la mente la cual proviene del espacio que existe entre los pensamientos, luz que se va expandiendo hasta convertirse la mente e un espacio  o campo de luz sin límites.

5: Observe el espacio o campo de luz en que se convirtió la mente y perciba que este espacio de luz al ser observado se torna aún más brillante y resplandeciente como si la mente fuese iluminada por una luz mayor, la cual proviene de una fuente de luz similar a un gran sol o un loto de 12 pétalos desde la cual se observa y se ilumina la mente, fuente de luz que corresponde al Alma.

6: Considérese el Alma (Yo Soy el Alma) y como el Alma continúe observando e iluminando la mente hasta convertirse la mente en reflejo de la luz del Alma; y perciba que la luz del Alma se establece de manera automática y natural desde la mente al cuerpo físico convirtiéndose Ud en una unidad de luz que brilla en la oscuridad.

7: Enfoque la luz del Alma en su corazón y visualice o imagine y sienta que la luz del Alma se revela en su corazón y desde su corazón como un centro de luz irradie la luz del Alma a cada parte de su cuerpo físico iluminándolo. Irradie igualmente desde su corazón la luz del Alma a sus sentimientos y sus pensamientos, imaginando o visualizando que estos se iluminan con la luz del Alma que emana desde su corazón.

8: Permanezca observando y sintiendo que la luz del Alma está en su corazón y que desde el corazón se ilumina todo su ser, sintiéndose y observándose  como un ser de luz el tiempo que pueda o desee hacerlo. Cuando crea que debe finalizar la meditación, de gracias por la experiencia, haga conciencia del lugar en que se encuentra, mueva suavemente su cuerpo, abra lentamente sus ojos y continúe con las actividades del día.